jueves, 12 de abril de 2012

IDENTIDAD GASTRONOMICA CUBANA




Como resultado de la tradición y la historia, la comida tiene su identidad en los entresijos del carácter de una nación. El descubrimiento de América se origina por el intento de hallar un camino que ofreciera el acceso más directo a las especias, las que proporcionan sabores paradisíacos y contribuyen al arte culinario.

 Era 1492. Años después, en 1519 definitivamente queda fundada La Habana y desde los primeros bohíos alzados a la orilla del Puerto de Carenas, un plato en especial comenzó a despuntar con aires de monarca cubano en la mesa, el ajiaco. 

En pleno siglo XVI, ya el ajiaco, con su profusión de tubérculos, viandas, especias y la carne de puerco reinó en la mesa de todo el territorio de la Isla y más tarde devino en símbolo de Cuba, nacido del mestizaje y aporte de diversas culturas. Porque en la olla del ajiaco se mezclaron los conocimientos culinarios de españoles, aborígenes, africanos y criollos.

 De la identidad gastronómica cubana son el congrí y los moros y cristianos, las mezclas de arroz blanco y frijoles, estos últimos son colorados o negros.

Si a la hora de servir esta típica comida cubana, la acompañamos de la yuca hervida con el mojo obtenido del jugo de la naranja agria y ajos, y le añadimos una lasca de cerdo asado, los comensales habrán participado en la conjura de la más divina comida criolla. 

El congrí procede de la cocina afrocubana y su nombre está en correspondencia con ese origen. Así congrí es vocablo venido de Haití, donde a los frijoles colorados se les dice congó y al arroz riz, como en francés.

Los cocineros y cocineras cubanos son muy admirados por la creatividad y la renovacion llevando a la fama diversos platos como el Gran Plato Hemingway a base de langosta, pescado y camarón; Arroz con pollo a la Chorrera y otros muchos que han adquirido los nombres de los sitios cubanos donde fueron creados e inclusive de visitantes extranjeros que los hicieron de su preferencia.

 Cuba tiene una de  las tradiciones culinarias más sanas del planeta, en  los vegetales y hortalizas reinan las zanahorias, el quimbombo, la acelga, la remolacha, la habichuela y la col, por sólo citar algunas del patio.

 Asimismo, la presencia de las frutas en la comida de la familia cubana también , junto al plátano maduro, ganan terreno la piña, el mango y los cócteles con diferentes frutas. , también existe una de extraordinaria curiosidad, el marañón, pues de todas las apetecibles esta es la única que tiene a su semilla fuera de la pulposa masa, su sabor es agridulce y posee la característica de dejar la boca reseca una vez que se come, cuya propiedad motivó el estribillo de una guaracha: “el marañón aprieta la boca”. 

Por otra parte, es también costumbre típica la de preparar deliciosos batidos con leche y pulpa de frutas. Entre los cuales resultan con mayor aceptación el de mamey, anón, guanábana y chirimoya.






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